top of page

Lectura día:

martes, 15 de abril de 2025

Primera lectura


Is 49,1-6


Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra


Lectura del libro de Isaías.


ESCÚCHENME, islas; atiendan, pueblos lejanos:

El Señor me llamó desde el vientre materno,

de las entrañas de mi madre, y pronunció mi nombre.

Hizo de mi boca una espada afilada,

me escondió en la sombra de su mano;

me hizo flecha bruñida, me guardó en su aljaba

y me dijo: «Tú eres mi siervo, Israel,

por medio de ti me glorificaré».

Y yo pensaba: «En vano me he cansado,

en viento y en nada he gastado mis fuerzas».

En realidad el Señor defendía mi causa,

mi recompensa la custodiaba Dios.

Y ahora dice el Señor,

el que me formó desde el vientre como siervo suyo,

para que le devolviese a Jacob,

para que le reuniera a Israel;

he sido glorificado a los ojos de Dios.

Y mi Dios era mi fuerza:

«Es poco que seas mi siervo

para restablecer las tribus de Jacob

y traer de vuelta a los supervivientes de Israel.

Te hago luz de las naciones,

para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra».


Palabra de Dios.


Salmo


Sal 71(70),1-2.3-4a.5-6ab.15ab y 17 (R. 16b)


R. Mi boca contará tu salvación, Señor.


V. A ti, Señor, me acojo:

no quede yo derrotado para siempre.

Tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo,

inclina a mí tu oído y sálvame. R.


V. Sé tú mi roca de refugio,

el alcázar donde me salve,

porque mi peña y mi alcázar eres tú.

Dios mío, líbrame de la mano perversa. R.


V. Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza

y mi confianza, Señor, desde mi juventud.

En el vientre materno ya me apoyaba en ti,

en el seno tú me sostenías. R.


V. Mi boca contará tu justicia,

y todo el día tu salvación.

Dios mío, me instruiste desde mi juventud,

y hasta hoy relato tus maravillas. R.


Evangelio


Jn 13,21-33.36-38


Uno de ustedes me va a entregar … No cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces


Lectura del santo Evangelio según san Juan.


EN aquel tiempo, estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se turbó en su espíritu y dio testimonio diciendo:

«En verdad, en verdad les digo: uno de ustedes me va a entregar».

Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía.

Uno de ellos, el que Jesús amaba, estaba reclinado a la mesa en el seno de Jesús. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía.

Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:

«Señor, ¿quién es?».

Le contestó Jesús:

«Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado».

Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote.

Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo:

«Lo que vas a hacer, hazlo pronto».

Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres.

Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche.

Cuando salió, dijo Jesús:

«Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me queda poco de estar con ustedes. Me buscarán, pero lo que dije a los judíos se lo digo ahora a ustedes:

“Donde yo voy no pueden venir ustedes”».

Simón Pedro le dijo:

«Señor, ¿adónde vas?».

Jesús le respondió:

«Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde».

Pedro replicó:

«Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti».

Jesús le contestó:

«¿Conque darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de que me hayas negado tres veces».


Palabra del Señor.



ENVIADO DESDE LA APP ORDO COLOMBIANO


DERECHOS RESERVADOS

CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA

FUENTE: ORDO COLOMBIANO

Despacho Parroquial: Teléfono Fijo (601) 616 3901 - Mensajes por WhatsApp (+ 57) 315 869 2643 

Carrera 51 No. 104B - 25  |  Bogotá

Parroquia Santo Domingo Savio, Bogotá, Colombia

bottom of page